Los pacientes con Parkinson se benefician de la estimulación cerebral profunda, un procedimiento quirúrgico que se lleva adelante en el programa de neurocirugía funcional implementado por el Hospital de Especialidades Carlos Andrade Marín (HCAM), del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS).
La estimulación cerebral ayuda reducir la dosis de fármacos que, usualmente, toman los pacientes, pero sobretodo, ayuda a controlar los movimientos involuntarios provocados por el mal funcionamiento de un grupo de neuronas. De esta manera, mejora sustancialmente, su calidad de vida.
La intervención, considerada mínimamente invasiva, consiste en la colocación de un neuroestimulador, que envía estimulación eléctrica en sectores específicos del cerebro, los cuales bloquean las señales nerviosas anormales que causan el temblor y los síntomas característicos del Parkinson. Esta cirugía dura de tres a cuatro horas y se la realiza con el paciente despierto.
Susana E., de 59 años padece de Parkinson, semanas atrás fue sometida a este procedimiento quirúrgico, que junto al tratamiento farmacológico, ha logrado reducir la sintomatología de esta enfermedad. Desde que el estimulador fue activado en su cerebro, no pierde el equilibrio y ha reducido en riesgo de sufrir caídas. Además, recuperó el tono de su voz.
Al momento, se realizan entre dos y tres cirugías al mes, cuyo costo en el sector privado supera los 75 mil dólares.