El Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social, IESS, firmó un convenio con la Universidad Nacional de Loja, UNL, para la implementación del dispensario médico anexo, que busca precautelar el bienestar físico, mental y social de los funcionarios de la Alma Máter.
Todas las instituciones públicas o privadas que cuenten con 100 o más trabajadores, tienen la obligación de disponer de un dispensario anexo. El objetivo de estas unidades se basa en la aplicación práctica y efectiva de la medicina laboral, cumple las funciones de prevención y fomento de la salud de los trabajadores dentro de la Universidad.
Ricardo Bueno Arévalo, director provincial del IESS, señaló que los servicios médicos de la entidad deben orientar su actividad a la prevención de los riesgos ocupacionales, en orden a la protección integral del trabajador.
Para Nikolay Aguirre, rector de la UNL, este espacio, permitirá a los docentes y estudiantes, recibir una atención médica oportuna. “Nos preocupamos por el bienestar de nuestros trabajadores y también de los alumnos dentro de nuestra Universidad”, mencionó el rector.
Los médicos de esta entidad educativa deberán realizar, además, un estudio y vigilancia de las condiciones ambientales en los sitios de trabajo, con el fin de obtener y conservar los valores óptimos posibles de ventilación, iluminación, temperatura, humedad, entre otros.